Mou, cero en autocrítica

José Mourinho fue presentado ayer en Londres como nuevo técnico del Chelsea inglés y, en la rueda de prensa correspondiente, aseguró que que “acabó con la hegemonía del Barcelona” en el fútbol español.

Sin embargo, al revisar las estadísticas, se comprende que el luso poca idea tiene de lo que significa hegemonía.

Entre el 31 de mayo de 2010 y el 2 de junio pasado, Mourinho ganó, al frente del Real Madrid, tres títulos: una Liga, una Supercopa de España y una Copa del Rey, mientras que en el mismo periodo, el Barcelona conquistó dos ligas, una Copa del Rey, una Supercopa de España, un Mundial de Clubes y una Supercopa de Europa: seis títulos en total.

No sólo ello, sino que la crítica internacional consideró al cuadro catalán, como el mejor del mundo, mientras que el Madrid daba la impresión de penar en las canchas.

Las expresiones de Mourinho respondieron a una declaración del mediocampista “culé” Andrés Iniesta, quien dijo que, a su paso por el club merengue, el portugués hizo daño al balompié ibérico.

“Si le he hecho algún daño al fútbol español es porque soy el entrenador que acabó con la hegemonía del Barcelona”, fue la respuesta textual.

Dijo que ”ganar los tres títulos nacionales” y lograr “el récord como el mejor equipo en la historia de España” era lo que quería en el Real Madrid.

Ante más de 200 periodistas acreditados para la cobertura de la presentación de “Mou” como técnico de los “blues”, dijo que después de ganar las ligas de Campeones de 2004 (Oporto) y 2010 (Inter), conquistar una nueva no es una obsesión, aunque aseguró que la ganará con el Chelsea.

“La primera decisión que debía tomar era dejar el Real Madrid. Después fue una cuestión de analizar la situación y las posibilidades, hasta que tuve claro que venir aquí era lo mejor para mi felicidad”.

Con los “blues” de la capital londinense, ganó la Premier League inglesa, en dos oportunidades, aunque no pudo imponerse en Europa, cosa que sí consiguió este equipo en la temporada 2011-2012, bajo la dirección del italiano Roberto Di Matteo, al vencer al Bayern alemán.