Arsenal y Chelsea empataron a cero en el derbi londinense de la decimoséptima jornada de la Premier en un partido poco brillante, jugado con mucho respeto por ambos conjuntos, que se jugaban, en caso de victoria, la posibilidad de encabezar el campeonato inglés, pero que con la igualada permiten que el Liverpool sea el que mande en la tabla.
Sin hacer un fútbol excelso, el Chelsea fue mejor en la primera mitad. Tardó en hacerse con el mando del encuentro, pero fue elaborando poco a poco un dominio del balón que ahogó al Arsenal, desconocido en los últimos combates, dentro de su parcela.
Bajo una intensa lluvia, el Chelsea pudo batir al polaco Szczesny en el último tramo del primer acto, pero un disparo de Lampard en el minuto 31, desde la esquina derecha del área del Arsenal, se estrelló con violencia en el larguero del cancerbero.
A la ocasión le sucedieron más oportunidades del Chelsea, en el Cahill fue titular en la defensa en lugar de David Luiz y Fernando Torres el nueve de Mourinho.
En la segunda mitad, el partido continuó por los mismos derroteros, con un Arsenal espeso, sin chispa en el centro del campo, en el que el alemán Mesut Ozil anduvo poco inspirado, y con el Chelsea más cerca de marcar que su rival. Todo en medio de un encuentro, en general, malo y que se endureció en el último cuarto de hora, posiblemente por la tensión de lo que estaba en juego.
Y fue en esos últimos minutos cuando el Arsenal pudo anotar y dos veces, las dos por mediación del francés Olivier Giroud, pero no tuvo la suerte de cara. No hubiera sido justo. Por eso el encuentro murió con un insulso empate a cero.
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