Con años de bajos rendimientos detrás y una fuerte presión de los medios siempre cerca, sólo generando una sorpresa en Brasil, Inglaterra podría cumplir con las demandas que les hace un país fanático del fútbol.
Inglaterra, el país que aportó este deporte al mundo, sólo tiene un título importante y es el del Mundial de 1966, del que era anfitrión. Los críticos suelen burlarse de aquel solitario éxito: a Inglaterra, en un caso único, se le permitió jugar todos los partidos en Londres y ganó la final con un gol que no cruzó la línea.
La presión es tan grande que el técnico Roy Hodgson convocó a un psicólogo deportivo para trabajar con los jugadores y ayudarlos a manejar la previa del Mundial.
Mientras está claro que la experiencia del centrocampista Steven Gerrard, del Liverpool, de 33 años, uno de los mejores jugadores de Inglaterra en la Eurocopa 2012, será crucial, los cínicos también apuntan que Gerrard fue parte de varios fracasos de Inglaterra. E incluso el astro Wayne Rooney, otrora niño prodigio y mimado del fútbol inglés, falló muchas veces a nivel internacional.
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