miércoles, 16 de marzo de 2016

El City entre los ocho mejores de Europa

El Manchester City, que empató ayer martes en casa con el Dinamo Kiev (0-0) en el encuentro de vuelta de octavos de final de la Liga de Campeones, se ha clasificado para cuartos de la competición por primera vez en su historia. Después de caer en las dos últimas ediciones en la ronda de octavos, el conjunto inglés ha conseguido por fin situarse entre los ocho mejores equipos de Europa. El City, que el miércoles podría quedarse como único representante de la Premier League en la máxima competición continental si el Arsenal no remonta la eliminatoria ante el Barcelona, espera ahora rival en el sorteo del próximo viernes en

Nyon (Suiza). El equipo del norte de Inglaterra ha disputado la Copa de Europa o Liga de Campeones en seis ocasiones, la primera en la temporada 1968/1969. En aquella ocasión, cuando se clasificó como campeón de la antigua First Division, cayó en primera ronda a manos del Fenerbahce turco. El City no volvió a jugar la categoría reina del balompié europeo hasta la campaña 2011/2012, en la que quedó encuadrado en el ‘grupo de la muerte’ junto a Bayern Múnich, Nápoles y Villarreal. Los ingleses finalizaron en tercera posición y se tuvieron que conformar con la Europa League, competición en la que fueron apeados en octavos por el Sporting de Lisboa. Una temporada más tarde también fueron eliminados a las primeras de cambio, esta vez tras acabar en cuarta plaza en el grupo con el Real Madrid, Borussia Dortmund y Ajax.

EL ATLÉTICO DE MADRID AVANZA

El Atlético de Madrid consiguió ayer una agónica clasificación para los cuartos de final de la Liga de Campeones en la tanda de penaltis, al decimosexto lanzamiento, anotado por Juanfran Torres, el impulso definitivo para el pase del conjunto rojiblanco entre un sufrimiento tremendo (8-7). Y de ahí al éxtasis en el Vicente Calderón, en un partido equilibrado, con el 0-0 inamovible en los 90 minutos de la ida y en los 120 de la vuelta, en la que el Atlético siempre jugó en el alambre, sobre todo la primera parte, desactivado por el PSV, mejoró en la segunda parte y encontró recompensa al esfuerzo al final.

Sufrió el Atlético al inicio. Las manejó más y mejor su adversario durante todo el primer tramo del choque, un partido estresante para el conjunto rojiblanco, nada que ver con el encuentro que quería. Ni fue el dueño de los espacios, una prioridad para el técnico argentino, ni de la posesión. Tampoco conectó en el centro del campo, apropiado por fuerza, colocación y precisión por su rival, más consistente y mejor situado en cada segunda jugada, ni fue ese bloque normalmente impenetrable cuando espera el ataque contrario. Entre la tensión del 0-0 y del reloj todo se detuvo en ataque hasta otra acción de Fernando Torres.

Había prórroga. Una prueba más de carácter para el Atlético de Madrid, visiblemente desfondado, como su adversario, pero con la iniciativa, con un cabezazo de Lucas, con un tiro centrado de Griezmann y con tanto cansancio en las piernas que fue imposible evitar los penaltis. Al decimosexto, el marcado por Juanfran Torres, ganó el Atlético

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