El Tottenham Hotspur, gracias a un solitario tanto del delantero inglés Harry Kane, se llevó ayer el clásico del norte de Londres tras derrotar en Wembley al Arsenal (1-0), que ve cada vez más lejos la posibilidad de disputar la Liga de Campeones la próxima temporada.
Tanto Mauricio Pochettino como Arsene Wenger habían hecho hincapié en la previa en la importancia de llevarse los tres puntos, no solo por la conocida rivalidad entre Spurs y Gunners, sino también porque el perdedor se complicaría su presencia en la competición continental.
Ante 83.222 espectadores, récord de asistencia en la Premier League, el Tottenham se acabó llevando un triunfo.
Los primeros 45 minutos fueron flojos, con el local llevando el peso del partido y los visitantes replegándose bien atrás.
Pero en el segundo tiempo, kane, en el minuto 49, consiguió derribar la férrea barrera defensiva de sus vecinos y subir el 1-0 al electrónico de Wembley.
El punta inglés superó en el salto a Koscielny y remató, impecable, un milimétrico centro desde la izquierda de Davies y alojó la redonda en la portería.
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