miércoles, 22 de octubre de 2014

Nuevo tropezón del Manchester City

Manchester City tiró este martes por la borda un partido que tenía absolutamente controlado ante el CSKA Moscú (2-2) tras adelantarse con dos goles en la primera parte, con lo que ahora tiene muy cuesta arriba la clasificación para la segunda fase de la "Champions".

Con este pobre empate, el equipo del chileno Manuel Pellegrini suma sólo dos puntos en tres partidos y su futuro en la Liga de Campeones dependerá directamente de lo que haga ahora el Roma ante el todopoderoso Bayern Múnich.

Debido a la sanción de la UEFA, el partido se disputó en un estadio vacío, con la excepción de algunos niños e invitados, a lo que se sumó la lluvia y una temperatura de un par de grados bajo cero.

Tras la derrota ante el equipo de Guardiola en la primera jornada y el inesperado empate en casa ante los italianos, los "citizens" no tenían otra opción que la victoria y salieron a por ella desde el primer minuto.
Ante la lesión del veterano Lampard, Pellegrini optó por jugar con el argentino Agüero y el bosnio Dzeko como delanteros, con Silva y Milner como habilitadores.

Al igual que ante el Bayern de Pep Guardiola, los rusos cedieron el balón al equipo visitante a la espera de un contraataque.

Los rusos apenas tuvieron ocasiones, con la excepción de algún disparo desde fuera del área, mientras que los visitantes tuvieron oportunidades para dar y repartir el argentino Zabaleta, un pulmón incansable en la banda derecha, tuvo en sus botas el primer gol al controlar con el pecho un centro de Touré al borde del área, pero su disparo con la izquierda salió rozando el poste izquierdo (m.12).

Pasada la media hora, el español Silva, rodeado por cuatro jugadores, recibió el balón, levantó la cabeza y con un sutil pase rompió la adelantada defensa rusa.

El pase fue aprovechado por Dzeko para encarar a Akinféev y ceder generosamente el gol a su compañero Agüero, quien únicamente tuvo que empujar el balón a las mallas (m.29).

Dzeko tuvo el segundo gol a los 35 minutos al amagar a su marcador en dos ocasiones al borde del área grande y disparar raso, pero Akinféev despejó con acierto (m.35).

Dos minutos después, un pase en profundidad de Touré fue aprovechado por Zabaleta para cabecear para atrás y el disparo en semifallo de Agüero fue aprovechado por un Milner atento al segundo palo para marcar el segundo gol (m.38).

A decir verdad, el gol podría ser anulado, ya que tanto Agüero como Zabaleta se encontraban en fuera de juego, aunque el árbitro podía también haber señalado penalti cuando Milner remató al larguero tras ser derribado poco después dentro del área.

El "Kun" tuvo en sus botas el tercer gol instantes antes de que el árbitro pitara el final del primer tiempo, pero no llegó por poco a un medio centro desde la izquierda del serbio Kolarov.

En la segunda parte los rusos introdujeron al marfileño Doumbia con la esperanza de presionar a la hasta entonces inexpugnable defensa del equipo inglés, que pareció dar el partido por ganado antes de tiempo, error garrafal que acabaría pagando muy caro.

El finlandés Yeremenko puso el corazón en puño a Hart con un buen disparo desde fuera del área, pero el balón salió por encima del larguero (m.62).

Aunque recibió una fea entrada del brasileño Fernando, que le obligó a abandonar el terreno de juego durante varios minutos, Doumbia no desaprovechó la primera y única ocasión de la que dispuso.

Fue en el minuto 65 cuando el serbio Tosic se inventó un pase en profundidad para el nigeriano Musa, que superó en velocidad a la estática defensa inglesa y dio un pase mortal a Doumbia, que acortó distancias ante un desesperado Hart.

Mientras, el equipo de Pellegrini se dedicaba a sestear peligrosamente, por lo que el chileno decidió echar mano de un revulsivo, Navas, quien apenas tuvo oportunidad de intervenir.

Así, sin un gran esfuerzo, el equipo local fue encerrando al Manchester City hasta que los ingleses cometieron un error de colegiales.

El serbio Kólarov derribó a Doumbia en el corazón del área, cuando lo más fácil hubiera sido despejar el balón, tras lo que el árbitro no dudó en señalar pena máxima (m.86).

El israelí Natcho, un especialista a balón parado, no falló desde los once metros y salvó el honor de los rusos, mientras que hundió a un irregular campeón inglés, que sigue sin hacer honor a su fama en competición europea.

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