lunes, 20 de febrero de 2017

Campeón con amenaza de descenso




Tan rápido y sorprendente fue su ascenso como ahora está siendo su caída.

Han pasado tan sólo ocho meses desde que el Leicester City logró el título de la Liga Premier en una de las hazañas más grandes que jamás se ha visto en el deporte.

Y los “Zorros” no sólo ganaron, sino que se pasearon con 10 puntos de ventaja sobre Arsenal, segundo clasificado.

Pero si la pasada temporada el equipo dirigido por el italiano Claudio Ranieri vio cómo su sueño se hizo realidad, ahora está viviendo su peor pesadilla. Además quedaron desclasificados de la FA CUP.

La caída está siendo tan dramática que ya es el peor campeón de la historia del fútbol inglés y corre el riesgo de ser tan sólo el segundo club en perder la máxima categoría una temporada después de haber conquistado el título.

El otro fue el Manchester City, que ganó en 1937 y descendió en 1938, pero en circunstancias muy diferentes.

Leicester perdió un duelo directo por la permanencia contra el Swansea y ya suma 14 derrotas en lo que va de temporada (el año pasado perdió sólo tres partidos en 38 juegos).

Lleva cinco derrotas consecutivas, ha encajado 12 goles y se encuentra 17º en la clasificación, sólo un punto por encima de los puestos de descenso.

¿Cómo es posible que un equipo que posee en sus filas al mejor jugador de la Liga Premier (Jamie Vardy), al mejor futbolista de África (Riyad Mahrez) y al mejor entrenador del mundo según la FIFA (Claudio Ranieri) esté en esta situación?

Lo primero que hay que entender es que hay dos Leicester, uno campeón contra todo pronóstico y otro acostumbrado a estar en la posición que se encuentra ahora, luchando por permanecer en la Liga Premier o tratando de ascender desde la segunda división.

La realidad es que el primero de ellos sólo ha aparecido una vez en la historia de este club de 133 años.

Hace dos temporadas, el Leicester logró salvar la categoría milagrosamente al ganar siete de sus últimos nueve partidos.

Ese año, que fue su primero en la Liga Premier después de 10 años de ausencia, el equipo dirigido por Nigel Pearson ocupaba el último lugar de la tabla después de 25 partidos con 17 puntos, cuatro victorias, cinco empates, 16 derrotas, 22 goles a favor y 40 en contra.

La desconexión entre Vardy y Mahrez

El fútbol de Leicester durante su año triunfal fue simple y muy efectivo, apoyado en el toque mágico y el entendimiento del inglés Jamie Vardy y el argelino Riyad Mahrez. Entre ambos anotaron 41 goles y se combinaron directamente entre ellos en siete de los tantos convertidos.

Este año, sólo suman ocho tantos. De los cinco que lleva marcados Vardy, tres llegaron un mismo partido, mientras que todos los de Mahrez los convirtió de penalti.

Pero el problema para el delantero no sólo es la falta de gol, sino la escasez de oportunidades que está teniendo por partido, agravado por la desconexión que hay entre él y el mediocampista.



FACTOR KANTÉ

No se trata de que el Leicester pasó de ser un equipo de velocidad y contraataque a uno que se desenvuelve en un área sin espacios y con mayor posesión del balón, el problema ha sido que ahora sus ataques carecen de un factor sorpresa.

Ese factor se llama N’Golo Kanté. El mediocampista francés fue el alma y el motor del Leicester campeón con su capacidad de cubrir cada rincón del campo, interrumpiendo constantemente el juego del contrario y recuperando balones en sectores del terreno de juego que permitían al equipo de fase defensiva a ofensiva en un segundo.

Está claro que el fútbol es un deporte colectivo, pero hay individuales que tienen una influencia muy marcada en el funcionamiento de un equipo y Kanté es una de ellas.

Su influencia también se refleja este año con su nuevo equipo, el Chelsea, líder destacado de la tabla con 10 puntos de ventaja sobre el segundo clasificado.

El delantero del Watford, Troy Deeney, lo describió de una manera muy gráfica al comienzo del año.

“Puedes pasar su mediocampo y encarar a su última línea defensiva más fácil”, explicó sobre el Leicester.

“Cuando el año pasado lograbas romper una línea, siempre tenías el temor que Kanté iba a venir y no tenías mucho tiempo antes que el llegara a ti”, reconoce Deeney.

“Incluso si lo tenías, siempre pensabas que él estaría allí y te apresurabas en la jugada”.

“Siempre sentí que él hacía el trabajo de dos jugadores”, concluyó.



OFENSIVA Y DEFENSIVA

Deeney no está muy lejos de la realidad. Al recuperar balones, Kanté solía ser el detonante de los explosivos ataques de Leicester el año pasado, beneficiados por la velocidad de Vardy y la capacidad de traslado con la pelota al pie de Mahrez.

Pero eso también se ve reflejado en la fragilidad defensiva que está teniendo el equipo.

Si el año pasado sumaron 15 partidos sin recibir gol y ganaron siete juegos 1-0, esta temporada sólo suman cinco con la portería invicta.

En seis partidos han encajado tres o más tantos, lo que demuestra que además de dar más facilidades a los rivales también colapsan mentalmente cuando las cosas no están yendo bien.

Ninguno de los jugadores que conforman la plantilla del Leicester tiene la experiencia de congeniar con el éxito y esa presión se refleja en el andar del equipo.

La sorpresiva derrota contra el Hull, equipo que llegó a la primera fecha sin entrenador y sólo 13 jugadores profesionales, marcó el camino de lo que sería los siguientes meses.

Período en el que las dudas han ido en aumento y en el que hasta Ranieri está envuelto en un mar de indecisiones. Desde su última victoria el 31 de diciembre, el técnico italiano no ha repetido la misma formación y tampoco el mismo 11 inicial en contraste con la estabilidad que mantuvo durante los 38 partidos de la temporada pasada, cuando fue el equipo que menos jugadores utilizó.

No hay comentarios:

Publicar un comentario