El capitán del Chelsea, el inglés John Terry, se declaró ayer no culpable de las acusaciones de comportamiento racista que pesan sobre él en la primera jornada del juicio por haber insultado supuestamente a su compatriota Anton Ferdinand, jugador del QPR.
El internacional inglés compareció ante un tribunal de Londres en un proceso que durará cinco días y en el que se enfrenta, como máximo, a una multa de 3.075 euros.
El defensa inglés está acusado de insultar a Ferdinand durante un encuentro de la liga inglesa en el estadio londinense de Loftus Road el pasado 31 de octubre.
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