Ya es hora de conocer a Dele Alli (anotado en el registro civil como Bamidele Jermaine Alli), centrocampista del Tottenham Hotspur, de 19 años y 1,88m, de Milton Keynes (70km al noroeste de Londres), la nueva perla del fútbol inglés, según la opinión casi unánime de la cátedra.
Y también ya es hora de reconocer los méritos de Mauricio Pochettino, DT del Spurs, a quien los ingleses atribuyen una capacidad casi mágica para alentar las carreras de futbolistas jóvenes... y también para estimular a jugadores veteranos, como Rickie Lambert, quien debutó en el seleccionado inglés a los 31 años, en 2013, cuando jugaba en el Southampton de Pochettino.
El salto de calidad y de madurez de Dele Alli esta temporada (llegó procedente del MK Dons, o Milton Keynes Dons) es tan pronunciado, y la lista de jugadores entrenados por Pochettino llamados al seleccionado tan extensa, que algunos comentaristas han sugerido, más o menos en serio, que el argentino sería el mejor seleccionador posible para el equipo nacional inglés.
En una época en que los formadores de jugadores no aspiran a dirigir un equipo ambicioso de primera división, porque los clubes importantes se refuerzan con jugadores ya formados y ceden a sus jóvenes canteranos para "hacer caja" (sigue resonando la frase del escocés Alan Hansen, "nunca ganarás nada con chiquillos"), Pochettino ha descubierto la piedra filosofal: transforma plomo en oro, porque forma jóvenes, les da confianza y los hace jugar con buenos resultados.
Spurs marcha cuarto en la Premier League, por delante del Man United, y muchos creen que podría ser campeón, en una temporada caracterizada por la irregularidad de los grandes equipos.
Por lo menos, es un gran candidato a clasificar a la Liga de Campeones, algo que el club sólo ha logrado una vez en su historia.
El principal protagonista de esta buena campaña ha sido Harry Kane, de 23 años, un goleador que ha deslumbrado a la cátedra, pero Dele Alli, que marcó el gol del empate 1-1 ante el Everton, es el que más llama la atención a esta altura de la campaña, debido a su juventud y su potencial.
Pochettino llegó a Inglaterra precedido de elogios por su buen trato de jugadores jóvenes en el Espanyol, pero en el Southampton y el Spurs ha excedido las expectativas en este sentido.
Uno de los grandes problemas del fútbol inglés es la parálisis de renovación de jugadores locales, que algunos atribuyen a falta de talento, otros a una organización deficiente y algunos, más acertados a nuestro juicio, a un sistema comercial e institucional aferrado a prejuicios castradores sobre el verdadero valor de los futbolistas y la calidad de su preparación.
El entrenador español del Everton, Roberto Martínez, uno de los profesionales más respetados de Inglaterra, es un apasionado defensor del sistema inglés de formación de jugadores.
Después del 1-1 ante Spurs, Martínez destacó la actuación de cuatro jóvenes jugadores ingleses: Kane (22) y Alli (19) del rival, pero también, y con razón, de Ross Barkley (22) y John Stone (21).
El técnico español da oportunidades a los jóvenes, pero su colega argentino se enorgullece de que su equipo es el más joven en toda la Premier League.
Harry Kane, Eric Dier, Dele Alli, Nabil Bentaleb y Ben Davies tienen menos de 22 años.
Eric Lamela (ahora un "gran hallazgo" tras haber "fracasado") y Christian Eriksen tienen 23 años, Danny Rose y Kyle Walker 25, Ryan Mason 24.
Pochettino parece sorprendido cuando le preguntan cómo se las arregla. "Los jóvenes necesitan que la gente responsable les tenga fe y, más importante, que se les transmita esa fe, que ellos crean realmente que estamos creyendo en ellos, porque de lo contrario, si lo que transmites es que tienes una lista y necesitas unos nombres para formar la lista, estás perdido."
Parece fácil, pero es una de las operaciones más delicadas y difíciles del oficio de entrenar.
Pochettino ha tenido un buen maestro. En 1987, cuando tenía apenas 14 años y todavía vivía en Murphy, su pueblo natal de Santa Fe, un "loco" de nombre Marcelo Bielsa golpeó a la puerta de su casa, a la inconveniente hora de la una de la madrugada, para persuadir a sus padres de que debía irse a Rosario para convertirse en jugador de fútbol.
Mauricio dormía. Su padre contó luego que Bielsa señaló las piernas del futuro zaguero internacional argentino y dijo, convencido: "tiene buenas piernas de jugador de fútbol".
Pochettino padre se dejó convencer. ¿Quién se resistiría, de madrugada, a los argumentos combinados de Bielsa y otro prócer de la escuela argentina, Jorge Griffa, que lo acompañaba?
Se nos ocurre que Mauricio Pochettino ha heredado esa fe que arrastró a Bielsa y a Griffa cuando llamaron de madrugada a una puerta en el pueblito de Murphy, Argentina, América del Sur.
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