viernes, 20 de diciembre de 2013

Premier League, más fantástica que nunca



Los ingleses juegan en Nochebuena, Navidad, Año Viejo y Año Nuevo. Porque para ellos el fútbol es parte de una cultura en la que el espectáculo de fin de semana no tiene por qué interrumpirse. La pelea por el primer puesto es de por lo menos seis equipos. Y dos de sus grandes, el Arsenal y el Manchester City, se enfrentan al Bayern Múnich y al Barcelona en octavos por la Champions. Allí se juega al fútbol, como se dice en México, “de a de veras”.

Hace casi una década discutí crudamente con un excolega acerca de si la inglesa o la española era la mejor Liga del mundo. El tipo era algo contradictorio porque para asuntos de orden político se proclamaba vasco independentista (algo raro, un vasco que no habla euskera), pero cuando tenía que hablar de fútbol jugaba a gran españolete. Pues bien, transcurridos los años y consolidada la bicefalia Barcelona-Real Madrid triturando a los otros 18 equipos de la Liga hispana, y examinando la tabla de posiciones de cómo marcha la Premier inglesa, en la actualidad no quedan dudas de su espectacularidad y supremacía sobre el resto de las de Europa, incluida la alemana en la que la tendencia histórica del Bayern y “los demás” no varía.

A 16 fechas de iniciada, con nada más tres por jugar para culminar la primera ronda, el Arsenal va puntero con 35 puntos, lo siguen muy de cerca el Liverpool y el Chelsea con 33, a continuación les pisa los talones el Manchester City con 32, el Everton marcha quinto con 31 y el Newcastle y el Tottenham Hotspur tienen 27. Es decir, entre el primero y el sexto y séptimo hay solamente ocho puntos de diferencia cuando restan 23 fechas y muchísimo por jugar, con un tablero con un margen mínimo para la equivocación porque eso podría significar pasar de una fecha a otra de primero a cuarto, o de cuarto a octavo.

Todo hace pensar que quienes pelearán el título centímetro a centímetro son el Arsenal que hasta el momento aparece como el más regular en su andadura, con la incorporación de Mesut Özil que ha tonificado notablemente la plantilla junto con figuras determinantes como Arteta, Cazorla y Ramsey; el Liverpool que tiene a un asesino serial en la definición rayando a altísimo nivel, el uruguayo Luis Suárez, que ha anotado nada menos que ocho goles en los tres últimos partidos; el Chelsea, el más campeón internacional inglés de los últimos cinco años y el recuperado Manchester City que en una semana le ganó al Bayern Múnich volteando el marcador (3-2) y al puntero del torneo local (6-3), con el mérito de no contar con todos sus titulares —principalmente en el cotejo jugado contra los alemanes por la Champions— y que tendrá como rival en octavos al Barcelona.

El Manchester United, luego del cimbronazo sufrido con la partida de Alex Ferguson y la llegada de David Moyes, ha recuperado posiciones que con 25 puntos es octavo y fiel a su estirpe, luego de estabilizada la nave en alta mar, va a pretender meterse entre los protagonistas, honrando su palmarés de más grande campeón británico, pero por supuesto que en este momento, dada la vibrante competencia que se libra semana a semana, es el segundo Manchester, el City, el que está provocando más exclamaciones de sorpresa, a dos años de haberse consagrado campeón, y que ha sido refrescado con la salida de Roberto Mancini y el arribo de Manuel Pellegrini que ya debe saber cómo enfrentar a los culés para buscar instalar a los celestes en el firmamento de los mejores del Viejo Mundo.

En la plantilla de 27 jugadores del City hay ocho ingleses y su plurinacionalidad está constituida por cuatro españoles, tres argentinos, dos serbios, dos franceses, dos belgas, un brasileño, un sueco, un montenegrino, un bosnio, un marfileño y un rumano. El entrenador es chileno y tiene como asistentes a dos españoles, un argentino y solamente queda uno de la casa que trabaja en el club desde 2009. En el partido que le ganaron a domicilio a los de Múnich, ahora aguardiolados, los germanos arrancaron con la posesión que define su personalidad, ejecutando las consabidas triangulaciones estilo Barça, con pases hacia atrás, hasta que la impresionante tarea de recuperación a cargo de Fernandinho en el medio, esta vez sin la fundamental presencia de Yayá Touré, con la muy efectiva labor de Zabaleta por la banda derecha conjurando las frenéticas incursiones de Ribéry, una gran solidez en la línea de fondo demostrada por Demichelis, (transferido del Málaga a pedido del director técnico) y sin Kompany a lado, los citizens terminaron equilibrando las cosas en el plan de que era perfectamente posible romper la iniciativa del adversario, más si en la jornada David Silva andaba tan inspirado como para convertirse en el tiempista necesario con enorme temple para demostrar que en Champions no hay invencibles y que una pálida actuación de local (perdieron 1-3 en el partido de ida con el equipo alemán), podía ser revertida de una manera tan drásticamente positiva.

Consecuente con una manera de jugar muy inglesa y por lo tanto muy física, con mucho desplazamiento, gran precisión para quitar y hacer circular la pelota, con dos centrales fuertes, dos laterales que marcan, suben y vuelven, dos volantes múltiples, e intercambiando roles y posiciones entre dos centrocampistas ofensivos y dos delanteros de área, y con un entrenador hiperexigente que considera que su equipo no ha jugado bien la primera parte de la Premier, el Manchester City quiere pelear el doble objetivo de subir lo más arriba posible en su propia liga y conseguir eliminar al Barcelona para convertirse en candidato a ganar la Champions.

Como para que termine certificada la importancia del fútbol inglés en el contexto continental, los medios españoles opinaban que lo mejor del sorteo para octavos hubiera sido no cruzarse con los británicos, cosa que los azulgrana no podrán evitar, los madridistas se miden con el alemán Schalke 04, y en el otro duelo más importante van a enfrentarse los punteros de sus ligas locales, el Arsenal y el Bayern de Múnich, llave de la que seguramente saldrá otro de los grandes candidatos a ganar el torneo.

La Premier League se hace más apasionante porque en este momento hay por lo menos seis equipos que pueden perfectamente aspirar a ganar la temporada. Su organización sin alambrados y una consolidada cultura del respeto y la tolerancia en sus hermosos estadios, nos permite también mirar sus partidos en fechas festivas de fin de año, ya que Navidad y proximidad de Año Nuevo no son obstáculos para que se dispute sin interrupciones esta que es la mejor Liga del planeta, realidad por hoy difícil de rebatir.

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