El entrenador francés Arsène Wenger cumplió ayer 15 años al frente del Arsenal inglés, pero los ‘Gunners’ no están para fiestas, después de un inicio catastrófico de temporada, que han empezado a corregir en los últimos partidos, encadenando tres victorias.
“Hay muchas cosas que dejan que desear. No miro nunca hacia atrás y no soy un amante de los aniversarios”, declaró el francés antes del partido de la Liga de Campeones que su equipo ganó por 2-1 al Olympiakos griego, el miércoles, sufriendo mucho en 'su' Emirates Stadium. Con dos triunfos en seis partidos en la Premier League 2011-2012, el Arsenal es sólo decimotercero del campeonato, a nueve puntos de los dos clubes de Manchester, United y City, que son líderes.
Hoy, el Arsenal se enfrentará al Tottenham, que se presenta crucial para determinar el grado de recuperación del equipo. La desastrosa derrota de Old Trafford, por 8-2 ante el Manchester United, la peor sufrida por el club en 115 años, está aún fresca en la memoria de los aficionados y los últimos fichajes no han conseguido hacer olvidar la marcha de Cesc Fábregas y Samir Nasri.
Cualquier recuerdo de estos 15 años no haría sino poner en evidencia el mal momento actual, especialmente si se habla de los años dorados de la 'era Wenger', cuando ganó tres campeonatos (1998, 2002, 2004) y cuatro 'Cups' (1998, 2002, 2003, 2005).
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