De niño huérfano desde los cuatro años a magnate ruso con una fortuna que se estima en catorce mil millones de dólares, Roman Abramovich compró el Chelsea por 166 millones de euros en junio de 2003 con un principal objetivo: la Champions League.
Para cumplir este sueño el equipo de Londres pasó por seis entrenadores antes que un joven Di Matteo finalmente pueda entregar al ruso el trofeo de la máxima competición del viejo continente. Además de seis entrenadores, también tuvo que pasar por otra pesadilla: la final del 2008, en Moscú el ruso pudo acariciar el trofeo, pero no pudo levantarlo, ya que su obra de arte fue derrotada a penales por el Manchester United (Hinchas del Chelsea siguen recordando como su gran capitán resbala en el último penal).
Se puede decir que La Orejona, levantada por Terry y Lampard y finalmente entregada al zar por el jugador del partido (Drogba) tiene un precio. Y es que para llegar a tal anhelo gastó más de 1.000 millones de euros en 9 años. Fichajes como Verón, Crespo, Makelele, Robben, Cech, Essien, Anelka, Ramires son algunos que contribuyeron a que la cuenta bancaria del ruso disminuya de alguna manera.
Se puede decir que está copa ganada por los “blues” es la más cara de la historia. Y si bien Abramovich gastó una millonada en conseguir y lograr su sueño, pues debería ser felicitado por todos y nadie debería recriminarle nada, ya que alguien que va tras sus sueños es un modelo y ejemplo a seguir.
Ahora el petrolero, podrá ver en las vitrinas del club londinense el trofeo de la Champions League y siempre podrá estar orgulloso de haber cambiado radicalmente la historia del club.
Comprar un equipo de fútbol: 166 millones. Fichajes: 900 millones. Primas: 100 millones. Levantar la Orejona, no tiene precio. Hay ciertas cosas que el dinero no puede comprar. Para todo lo demás existe Abramovich.
No hay comentarios:
Publicar un comentario