El delantero del Manchester United, Wayne Rooney, admite en un libro que se publica este mes que tuvo problemas de sobrepeso en 2009 debido a su "facilidad" para sumar kilos durante los periodos de descanso, según revela el diario británico Daily Mirror.
En Una década en la Premier League, sus memorias escritas en primera persona, el atacante de 26 años recuerda su sorpresa cuando se subió a la báscula a la vuelta de las vacaciones hace tres temporadas.
"Cuando llegué a Carrington el primer día de trabajo me quedé en shock. Las básculas del gimnasio mostraban que pesaba algunas libras más de las que esperaba, ¡Siete! (3,2 kilos)", rememora Rooney.
"Entonces recordé que había bebido un poco mientras estaba fuera. Soy robusto, pero no soy como Ryan Giggs, todo hueso y músculo, gano peso con cierta facilidad", concede el goleador, que marcó 27 tantos la pasada temporada, tres menos que el máximo anotador, el holandés Robin van Persie.
El inglés explica en su libro que "todos los jugadores saben qué deben comer y qué no durante todo el año"; sin embargo, admite que la mayoría se permiten a sí mismos "algunos lujos".
“Durante la temporada, no creo que haga ningún daño encargar comida para llevar de vez en cuando", considera en su libro Rooney, que recalca que tiene que estar "siempre en forma", porque "un delantero del United no tiene donde esconderse".
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