Un penal transformado por Steven Gerrard dio la victoria al Liverpool en el Etihad Stadium, que acercó la clasificación de los Reds a las final de la Copa de la Liga, de la que se distancia el Manchester City, incapaz de reaccionar.
Sin embargo, todo queda a expensas aún del choque de vuelta en Anfield.
Fue la revancha para el conjunto de Kenny Dalglish, que ocho días atrás salió malparado de este mismo estadio, en el duelo de la Premier, donde perdió por 3-0.
El Liverpool aprendió la lección y rentabilizó al máximo sus ocasiones ante un rival presa de algunas dudas. Sobre todo cuando carece del español David Silva, que no pudo jugar a causa de su maltrecho tobillo derecho, contusionado. El internacional de la Roja, que no entrenó el martes, era duda para el preparador italiano Roberto Mancini.
El revés encajado ante el Liverpool alimenta la relación de contratiempos del líder de la Premier, que afrontó el choque con solo un triunfo en sus últimos cuatro partidos. Dos de ellos perdidos, en Copa ante el United y en Liga contra el Sunderland. Previamente empató frente al West Bromwich.
Precisamente, el triunfo contra el Liverpool fue el único en el 2012. Ahora alimenta su relación de derrotas. Tres en los cuatro compromisos recientes.
No tuvo capacidad de reacción el conjunto de Mancini, contrariado por el penalti cometido el serbio Stefan Savic a los 12 minutos. Gerrard lo transformó. Los Reds supieron resguardar su renta.
Los cambios, entre ellos la retirada del italiano Mario Balotelli antes del descanso en lugar del francés Samir Nasri, no surtieron efecto. Tampoco la de Edin Dzeko, también duda y en el banco, al que tuvo que recurrir a la hora de juego.
El City se agarra a la vuelta. Su única oportunidad para alcanzar la primera final del curso y lograr un título.
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