Un gol en propia puerta del galés Neil Taylor en el tiempo de descuento le sirvió el martes al Chelsea para llevarse un punto en el feudo del Swansea (1-1), en un partido en el que los Blues fueron a remolque del equipo local desde la primera parte.
El Swansea se adelantó en el minuto 39 del primer tiempo por medio del inlgés Scott Sinclair y defendió el resultado durante el resto del encuentro encerrándose en su propia área para dificultar el ataque de los Blues.
Cuando el partido parecía sentenciado a favor de los locales, una jugada desafortunada dio al Chelsea una victoria que le sirve para mantener su cuarta posición en la tabla de la liga inglesa.
El portugués André Villas-Boas volvió a confiar en el español Fernando Torres, que el martes cumplía un año en Stamford Bridge, para liderar la delantera de los Blues junto al joven inglés Daniel Sturridge.
El Niño, que ha marcado tan solo cinco goles en los doce meses que lleva en el Chelsea, volvió a mostrarse poco afortunado de cara a portería, en parte porque la defensa del Swansea se aplicó para cortar la conexión entre el delantero y su compatriota Juan Mata, que se esforzaba por descongestionar un centro del campo excesivamente poblado.
Los locales no tardaron en comprobar como el Chelsea encontraba dificultades para trenzar jugadas y controlar el balón, y no dudaron en aceptar la responsabilidad de llevar el peso del encuentro.
Durante la primera parte, el Swansea controlaba el esférico durante 66 por ciento del tiempo, mientras que el Chelsea, sin la verticalidad del marfileño Didier Drogba, en la Copa de África, no encontraba la forma de crear peligro en el área rival.
La situación tomó un rumbo oscuro para los de Villas-Boas cuando, en el minuto 39, un rechace desafortunado en defensa habilitó al inglés Scott Sinclair para marcar el 1-0.
Tras el saque de una falta desde la banda derecha, el balón acabó en una zona libre de defensas al borde del área, desde donde Sinclair lanzó un disparo que el guardameta Petr Cech no pudo alcanzar, a pesar de haber estirado sus 196 centímetros de altura.
Los Blues no se conformaban con la derrota, y saltaron al césped en la segunda parte con las fuerzas renovadas, dispuestos a darle la vuelta al marcador.
Los locales, sin embargo, eran conscientes de su ventaja, y se apretaban al borde de su propia área para crear un muro aparentemente infranqueable para un Chelsea que utilizaba todo el ancho del campo pero que era incapaz de jugar en profundidad.
Apoyado sobre Mata y el francés Florent Maluda, el conjunto de Villas-Boas había recuperado el timón del partido, y se preparaba para una última media hora de partido intensa.
Con un hombre menos por la expulsión del inglés Ashley Cole, los Blues no dejaron de buscar el gol hasta los últimos instantes, una perseverancia que al final le valió para empatar el encuentro por medio de un gol en propia puerta de Taylor, que desvió un disparo y dejó el balón fuera del alcance del guardameta, cuando ya se había cumplido el minuto 90.
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