El Arsenal sobrepasó el sábado al Aston Villa por 3-0, con gol del español Mikel Arteta, en un encuentro de la trigésima jornada de la Premier League que los de Arsène Wenger dominaron de principio a fin y en el que pudieron haber logrado una goleada más amplia.
Los tantos de los ingleses Kieran Gibbs y Theo Walcott en la primera parte, y el gol de falta del español Mikel Arteta en el descuento, sellaron una victoria sin complicaciones para los locales.
Con los tres puntos logrados en el Emirates Stadium, los Gunners se despegan del Tottenham en la clasificación de la Premier League, en la que se asientan en la tercera posición, tres puntos por delante de los Spurs.
El Arsenal desplegó desde el primer minuto sobre el césped del Emirates un juego preciso, fiable y convincente, alejado de aquel fútbol vacilante que mostraba a principios de año y que le llevó a coquetear con los puestos de descenso.
La histórica derrota que cosecharon los de Arsène Wenger en San Siro en la UEFA Champions League sirvió de revulsivo de cara al tramo final de la temporada, y los Gunners, que no han vuelto a perder desde entonces, acumulan con la de este sábado siete victorias consecutivas.
Tras unos primeros minutos en los que los locales dominaron el juego con aparente facilidad, apareció Kieran Gibbs para trasladar al marcador la superioridad del Arsenal sobre el terreno de juego.
El marfileño Yao Gervinho, especialmente activo, recibió un balón en el minuto 16 al borde del área y trazó un pase profundo para que Gibbs recogiera el esférico en la posición precisa para clavarlo en el palo izquierdo del guardameta irlandés Shay Given.
La exhibición de seguridad del Arsenal continuó diez minutos después con un pase milimetrado del camerunés Alex Song desde la zona de medios que superó por alto a la defensa del Villa y quedó listo para que Theo Walcott lo controlara dentro del área y lo dejara en la red sin que el portero Given pudiera hacer nada para oponerse.
Los Gunners buscaban la goleada con una línea de presión aposentada en los tres cuartos del campo que ahogaba la salida del balón de los visitantes.
El técnico del Aston Villa, el escocés Alex McLeish, no encontraba la forma de contener los embates de los londinenses, que se plantaban con alarmante facilidad en el área contraria, si bien no terminaban de definir una goleada que parecía inevitable.
Los visitantes navegaban sin rumbo en el Emirates Stadium y a los 55 minutos de juego todavía no habían disparado una sola vez entre los tres palos.
Los de Arsène Wenger trenzaban jugadas con paciencia, convencidos de que el choque estaba ya decidido, mientras esperaban que llegara el casi obligado gol del holandés Robin Van Persie, que ha marcado 26 tantos en lo que va de campeonato, una media de casi uno por encuentro.
Si bien Van Persie no tuvo su mejor tarde, y acabó el choque con su contador personal a cero, Arteta redondeó el resultado de los Gunners con un disparo lejano de falta, en el tiempo de descuento, que se coló por la escuadra del guardameta Given.
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