Manchester United se impuso sin angustias (2-0) a un QPR hundido en los puestos más bajos de la clasificación y se afianzó al frente de la liga inglesa cuando restan tan solo seis jornadas de campeonato.
Un gol de penal del inglés Wayne Rooney en los primeros compases y otro del veterano Paul Scholes con un tiro desde fuera del área en la segunda parte sirvieron a los de Alex Ferguson para desarmar a un inocente Queens Park Rangers que jugó casi todo el encuentro con diez.
A falta de que el Manchester City se las vea esta tarde con el Arsenal en Londres, los de Ferguson pueden presumir, tras el encuentro frente al Rangers, de una ventaja de ocho puntos que se antojaría casi definitiva si los de Roberto Mancini volvieran a tropezar.
Se enfrentaban esta tarde en Old Trafford el equipo con más penaltis a favor en la Premier League (el United, con 10 penas máximas) contra el cuadro que más tarjetas rojas ha visto (el QPR, que ha sufrido siete expulsiones este curso), y el peso de la estadística tardó apenas quince minutos en hacerse patente.
En una de las primeras llegadas al área de los "diablos rojos", el defensa inglés del QPR Shaun Derry derribó a Ashely Young, que se disponía a encarar al guardameta Patrick Kenny.
Derry se fue a la calle y dejó a los visitantes con diez cuando todavía quedaba por delante un abismo de 75 minutos, mientras que Wayne Rooney no desaprovechó la ocasión de sumar su tanto número 22 en liga con un disparo desde los once metros pegado al palo izquierdo que Kenny no logró atrapar pese a que había adivinado su trayectoria.
Con el marcador a favor y el rival aturdido, el monopolio del United sobre el césped se volvió incuestionable, y el Queens Park se preparó para vivir su vía crucis particular en el estadio de los "diablos rojos".
Rooney se mostraba inspirado y no dudaba en probar fortuna con disparos lejanos, y el ecuatoriano Antonio Valencia desquiciaba a la mermada defensa visitante con sus llegadas por el centro.
La segunda parte no varió el devenir de un encuentro en el que el QPR parecía haberse resignado a tratar de aguantar hasta el pitido final sufriendo los menores daños posibles.
El inglés Danny Welbeck se había sumado a Rooney y Valencia en el ataque y creaba ocasiones de peligro que solo gracias a la fortuna y el buen hacer de Kenny bajo los palos no se traducían en un marcador más abultado para los locales.
Los de Alex Ferguson disfrutaban de una posesión del balón cercana al 70 por ciento, un dominio que apabullaba al rival y que Old Trafford solo ha visto en contadas ocasiones en una temporada en la que los "diablos rojos" no han dudado en hacer del contragolpe una de sus trampas favoritas para cazar al rival.
A pesar del monólogo sobre el campo, no fue hasta el minuto 67 cuando el United sumó el segundo de la tarde, gracias a un disparo lejano del veterano Paul Scholes.
El incombustible centrocampista, de 37 años, se reincorporó este año, después de haber anunciado su retirada del fútbol, para ayudar a una plantilla que parecía corta para afrontar todas las competiciones.
El técnico escocés ha contado con él en once encuentros de liga y, con el de hoy, Scholes ha anotado ya dos goles para los "diablos rojos" en lo que va de curso.
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