La intensa nevada que caía sobre el Etihad Stadium no impidió este sábado al Manchester City llevarse los tres puntos frente al Fulham (3-0) y volver a alejarse de sus vecinos del Manchester United al frente de la Premier League, a la espera de que los Diablos Rojos visiten este domingo Stamford Bridge.
El argentino Sergio Agüero, de penalti, el norirlandés Chris Baird en propia puerta y el bosnio Edin Dzeko, a pase del Kun, sellaron el marcador de un partido cuya segunda parte se jugó con un balón amarillo para aumentar la visibilidad del esférico, sobre un terreno de juego prácticamente blanco por la nieve.
Los de Roberto Mancini saltaron al castigado césped del Etihad con la obligación de asegurar una victoria en casa para pasar página de la reciente derrota contra al Everton con la que malograron los tres puntos de ventaja que mantenían respecto al United.
Agüero volvió a echarse al equipo a la espalda y buscó desde el primer minuto espacios deshabitados donde recibir los pases del español David Silva, al mando de la línea de medios de los Citizens.
Los locales no tardaron en encontrarse con una oportunidad inmejorable para ponerse por delante, cuando, en el minuto 10, el defensa Baird derribó en el área al inglés Adam Johnson.
Agüero acertó desde los once metros con un lanzamiento suave y colocado, y los jugadores del Fulham comenzaron a asumir que los 80 minutos restantes iban a ser complicados para ellos.
La fortuna volvió a aliarse con el City a la media hora de juego, cuando el mismo Baird, que había cometido el penalti, envió la pelota a su propia red y fijó en el marcador una diferencia de dos goles que parecía insalvable para un Fulham que a duras penas se había acercado al área rival.
Alexander Kolarov, el defensa serbio de los Citizens, colgó un centro desde la banda izquierda que Agüero no alcanzó a controlar y que acabó en los pies del inglés Adam Johnson, cuyo remate rebotó en Baird antes de colarse en la portería del australiano Mark Schwarzer, estático ante el cambio de trayectoria del balón.
A medida que avanzaba el segundo tiempo, la nevada que caía sobre un Manchester en plena ola de frío se convirtió en el peor rival para ambos equipos.
Como ocurrió en otros encuentros de la Premier League, el árbitro ordenó continuar jugando hasta el minuto 90, si bien se produjeron varias pausas en el partido para que operarios del club limpiaran con palas la nieve que se acumulaba sobre las líneas del terreno de juego.
Ante la dificultad de jugar en un césped resbaladizo, los Citizens prefirieron adoptar una táctica más conservadora en la segunda parte.
Consciente, además, de que su ventaja era concluyente si no cometía errores, el City esperó en su campo a que transcurriera el tiempo sin que el Fulham, inofensivo con el balón controlado, le causara mayores preocupaciones.
Si bien la segunda mitad resultó anodina en algunos tramos, Agüero y Silva ofrecieron diversos destellos de calidad, y a veinte minutos para el final el bosnio Edin Dzeko culminó una jugada personal de Agüero para marcar el tercero y definitivo gol de la noche.
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