Un gol en el descuento del exmadridista Arjen Robben selló el miércoles la victoria de Holanda en el amistoso de Wembley ante una Inglaterra defensiva y plagada de jugadores jóvenes que dirigió el técnico interino Stuart Pearce (2-3).
Tras un primer tiempo gris, Holanda demostró su superioridad en el ataque durante la segunda parte y puso contra las cuerdas a Inglaterra con un primer gol de Robben y otro de Klaas Jan Huntelaar.
Los locales, desaparecidos del terreno de juego en el tramo final del partido, parecieron revivir con un gol de Gary Cahill en el 85 y otro de Ashley Young en el 90, pero la inspiración de Robben y la falta de concentración de la defensa inglesa en los últimos instantes propiciaron el tercer y definitivo tanto de los holandeses.
Pearce, al mando de manera provisional el equipo de los Tres Leones tras la súbita marcha del italiano Fabio Capello, no contaba esta noche con los pesos pesados de Inglaterra: Frank Lampard quedó fuera de la convocatoria, John Terry y Wayne Rooney estaban lesionados y Steven Gerrard abandonó el campo por unas molestias a la media hora de juego.
Ante ese panorama, el hasta ahora técnico de la sub-21 ensayó una línea ofensiva con el joven del Manchester United Danny Welbeck, de 21 años, en punta, flanqueado desde los extremos por Adam Johnson, del Manchester City, y Ashley Young, de los Diablos Rojos.
Holanda, por su parte, colocó a Robin Van Persie por el centro de su ataque, la misma posición que ocupa en el Arsenal, para tratar de aprovecharse de la inspiración que el delantero está demostrando en los Gunners esta temporada.
El juego de la selección holandesa en Wembley fue sin embargo más lento que el habitual del Arsenal y Van Persie abandonó el partido a la media parte sin que hubieran pasado demasiados balones por sus botas.
Van Bommel y compañía encontraban dificultades para hacer circular el balón en la zona de tres cuartos, e incluso parecían desentenderse de él en algunos tramos del partido en los que Inglaterra amagaba con acercarse a la meta de Maarten Stekelenburg.
La falta de velocidad no era un problema exclusivo de los visitantes, y cuando habían pasado veinte minutos del primer tiempo los aficionados ingleses habían visto en varias ocasiones como un contragolpe de su equipo se veía frustrado por falta de efectivos en terreno holandés.
Igual que Capello, Pearce antepuso la defensa de su portería a cualquier otra prioridad y acumuló hombres al borde de su área.
El cerrojo inglés parecía insuperable durante el primer tiempo para los holandeses, que confiaban con poco éxito en la inspiración de Wesley Sneijder para trazar pases que acercaran al balón a la meta de Joe Hart, indiscutible en la portería inglesa a tres meses de la Eurocopa.
Más allá de algún disparo esporádico de Robben, Holanda creó poca sensación de peligro durante el primer tiempo, lo mismo que Inglaterra, a pesar de que los locales aumentaron una marcha gracias a la velocidad que aportó Daniel Strurridge al entrar por Steven Gerrard cuando apenas había transcurrido media hora de juego.
El partido se revolucionó a los diez minutos del segundo tiempo, cuando Robben recuperó un balón en terreno de Ingalterra para recorrer todo el campo y acabar colocando la pelota fuera del alcance de Stekelenburg.
La falta de entendimiento entre Chris Smalling y Gary Cahill en la defensa inglesa contribuyó a que Robben no hallara obstáculos en su camino a la portería rival.
Apenas dos minutos después, fue Klaas Jan Huntelaar quien superó a Hart con un remate de cabeza, una jugada en la que el exmadridista y Smalilng chocaron en el aire y cayeron conmocionados al césped, por lo que ambos debieron retirarse del campo.
A cinco minutos de la conclusión, con los holandeses esperando ya el pitido del árbitro, Gary Cahill recorto distancias para Inglaterra.
Con los defensas visitantes paralizados después de reclamar un fuera de juego, el inglés recibió un pase en el interior del área y supero a Stekelenburg con un disparo bien dirigido.
Con el tiempo cumplido, fue Young quien desató la locura en las gradas de Wembley al empatar el encuentro gracias a una jugada colectiva que concluyó pasando el balón por encima del guardameta holandés desde el área pequeña.
La alegría, sin embargo, duró muy poco entre los aficionados locales, ya que Robben aprovechó un minuto después la falta de concentración de los ingleses para superar a toda la defensa, reunida en su área, con un disparo que Hart no alcanzó a detener y que selló el 2-3 final.
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