Las disculpas presentadas por el que fue el máximo goleador del Manchester City las últimas dos temporadas, el argentino Carlos Tévez, podrían sellar la paz con su entrenador, Roberto Mancini, y con su club, con los que mantiene una guerra abierta desde hace cinco meses.
Tévez, de 28 años, se ha entrenado solo desde que regresó la pasada semana a Inglaterra después de estar tres meses en Argentina sin el permiso del club y anoche cumplió con la condición que le había impuesto Mancini para reintegrarse en la disciplina del equipo: pedir disculpas por negarse a saltar al campo en un partido de Liga de Campeones el pasado septiembre.
La noche antes de que los "citizens" se enfrenten al Oporto en los dieciseisavos de la Liga Europa, el delantero hizo público un comunicado en el que expresa sus disculpas "sinceras y sin reservas" por su comportamiento y renuncia a recurrir la multa que le impuso el club por su ausencia de tres meses.
Tévez ya había ensayado unas disculpas al Manchester City hace pocos días, en unas declaraciones en las que añadió que no había hecho "nada mal" y que Mancini le había "tratado como a un perro".
"Me gustaría pedir disculpas sinceramente y sin reservas a todos los que haya defraudado y a aquellos que se hayan sentido ofendidos por mis acciones en los últimos meses", expresó el argentino en esta ocasión.
El delantero no ha vuelto a entrar en los planes de Mancini desde que el 27 de septiembre se negó a calentar en un choque contra el Bayern de Múnich.
Si bien el técnico italiano dijo en un primer momento que Tévez estaba "acabado" en el club, más tarde se retractó y admitió que podría volver al equipo si se disculpaba, algo que el jugador se había negado a hacer hasta ahora.
La batalla entre el técnico y el jugador se recrudeció cuando Tévez voló a Argentina en noviembre sin comunicárselo al club y permaneció allí hasta el 13 de febrero.
El delantero decidió regresar a Manchester (una ciudad a la que no querría volver "ni de vacaciones", según afirmó este verano), después de que el City rechazara todas las ofertas que llegaron de clubes europeos durante la ventana de fichajes de invierno, que cerró el 31 de enero.
Las propuestas del París Saint-Germain, el Inter y el Milán no alcanzaron los 25 millones de libras (unos 30 millones de euros) que la directiva "citizen" quiere recuperar por un jugador por el que pagó cerca del doble en 2009 al Manchester United.
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